11_03

Llegando a Tailandia

Ahorita estamos en una region bastante ecuatorial del continente asiatico, por ahora fuera de riesgo pero –como otros lugares del mundo, especialmente al Este del Pacifico- tampoco exento de posibles repercusiones si empeora la situacion en Fukushima.

He pasado las primeras noches en un hotel de Kaosarn Road, entre backpackers y matrimonios retirados, motonetas y puestos callejeros, que lo mismo venden frutas exoticas que camisetas con motivos budistas.

Aqui tuve el gusto de cenar una delicosa ensalada de papaya con cacahuates y camarones en mi primer desayuno, el viernes pasado a las 5 de la maniana local… y anoche sorbi extasiada una sopa dulce de pollo con limon y leche de coco… hasta que la mesera se puso a gritarnos que el pimiento no se llama pimiento, sino chile verde, y casi se arma una batalla campal.

En estos primeros dos dias en Bangkok he descubierto que casi todos los edificios publicos y privados tienen en una esquina o al frente de su jardin unos altares donde el animismo converge con otras tradiciones religiosas como el budismo.

Esta convergencia existe tanto en los claustros donde entrenaron los monjes que combatieron contra paises vecinos como en las oficinas de gobierno, y tambien en en los locales de prostitucion en el area de Nana, donde destacan los refrescos de fresa que las chicas y los lady-boys ofrecen a las entidades que les protegen y auspician.

Pero hasta ahora la “casa de espiritus” que mas me ha gustado ha sido la de un restaurante que sirve comida alemana tanto a matrimonios retirados como a sexpats… y a chicas que vienen a ganarse la vida en el sexoservicio, desde las zonas rurales de Tailandia, Laos y Myanmar.

Ubicada justo al lado de la entrada principal y resguardada por la motoneta de uno de los empleados, este altar me gusto por lo bien acomodadas que tenia todas sus velas, flores y figuras… por el helicoptero de plastico que estaba al frente, del lado derecho, y por el Ganesha inflable de color azul que estaba colgado del techo, girando con el aire de 32 grados centigrados a las 10 de la noche, sonriendo feliz y coqueto, bendiciendo las transacciones de las chicas que amablemente me saludaron en el banio… donde por cierto tome unas fotografias con mi celular



Hoy dormire en Siam Reap, tras cruzar la frontera con Camboya, adentrandome en ese pais, que sufrio tal castigo del fanatismo poltico que hoy tiene un hueco generacional, pues en tempos del Khmer Rojo murio uno de cada cuatro adultos...